Ahora está roto, pero tu corazón habrá de sanar

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Lo sé, son incontables las noches que has pasado llorándole a aquel amor que se fue, ese mismo que por diversas razones no pudo ser; cayeron en la monotonía, les ganó la distancia, hubo un tercero en discordia o simplemente la rutina provocó muchos sinsabores.

Ahora te refugias en las cuatro paredes de tu habitación y tu única compañía suele ser la soledad. Parece que no te cansas de llorar o tal vez sí, pero crees que el llanto no depende de ti. Ahora tu almohada no sólo seca tus lágrimas, también escucha tus sollozos y una que otra maldición. Acostumbras dormir hasta tarde, hasta que tus ojos, tu fuerza y tu corazón sienten ya no poder más. Y me pregunto ¿qué has de ganar?

Te castigas restringiéndote alimentos, ¿en verdad mereces eso? Te torturas una y otra vez pensando en que fallaste o te equivocaste y olvidas de que en el exterior, fuera de tu burbuja, hay un sinfín de personas que te quieren y desean verte bien. Te lastimas más pensando en lo que no fue y te culpas de no haber dado más cuando lo cierto es que lo diste todo.

 

 

En estos momentos sientes no querer hablar ni convivir  con nadie. Te sientes irritada y lo más insignificante suele molestarte. Tu ánimo está tan decaído que  no deseas hacer ninguna actividad, y ni que decir de visitar a alguna  amistad, lo último que quieres es ser juzgada o criticada, simplemente quieres que te dejen en paz. Piensas que todos conspiran en tu contra y que incluso disfrutan del verte así, mal. Crees que eres la única persona que ha pasado por esa situación y déjame decirte que estas en un grave error, no eres ni la primera ni la última desafortunadamente y es que cada vez son más los corazones rotos que los que parecen ser felices verdaderamente.

Tal vez lo has olvidado pero la vida se compone de ciclos y debes recordar que mas tarda uno en cerrarse que otro en abrirse. No es justo para ti ni para las personas que están a tu alrededor y que te quieren, que te castigas con la soledad pensando que te lo mereces porque definitivamente no es así.

Es duro, lo sé, pero nada ganas con tirarte en la cama las 24 horas del día y mirar fotografías que seguramente sólo te harán llorar y sentir aún más mal. Si, lucían muy bien juntos y parecían ser muy felices, pero eso ya pasó, ¡afróntalo! Deja de leer una y otra vez sus mensajes, mejor comienza nuevamente e inicia por borrarlos. Te repites una y otra vez ¿por qué? ¿Por qué a ti? Y yo te pregunto ¿por qué no?

Es necesario que asumas que no fue tu culpa y si lo fue, tan sólo déjalo ir ya. Piensa que diste todo y tal vez se agotaron todos los recursos. A veces aunque suena duro y frío, lo mejor es terminar. Como dicen por ahí: lo que no es para ti, déjalo ir. Tal vez simplemente no estaban destinados y tal vez lo conociste porque algo debía enseñarte y algo debía aprenderte.

Sé que duele, claro que lo sé. Duelen las lágrimas, los recuerdos, los momentos a su lado y estos suelen torturarte a cada rato despiadadamente. Te duele incluso escuchar que alguien pronuncie su nombre. Te duele que no sea él quien llame a tu móvil. Duele la idea de tenerte que resignar que ya no estará más a tu lado, que los días añorados ya no se seguirán acumulando, que los sueños y los planes que tenían juntos ya no se concretarán y que la vida no la has de caminar más tomada de su mano. Es comprensible el dolor porque le quieres y mucho, pero ¿y tú te quieres? ¿De verdad crees merecer ese estado de profunda tristeza y melancolía en el que te has sumido? ¿De verdad crees que valga la pena derramar ese sinfín de llanto? ¿De verdad consideras que la otra persona está tan mal como lo estás tú por él/ella?

 

 

Afronta que la zona de confort en la que te has estacionado para nada te hace bien. Si, seguirá doliendo y no será tan fácil y sencillo superarlo y soltarlo, pero debes iniciar por asumir que todo ha terminado y darle vuelta a la página porque sólo ha sido eso… una página más y no el libro completo.

¡Lamenta solo un momento! Lo necesario para limpiar tu alma. Saca todo lo que tienes dentro. Maldice, enójate pero hazlo contigo mism@ y no con los demás. No te encierres más en tu burbuja, deja entrar a los demás, a los que te quieren y desean apoyar. Recuerda que nadie tiene la culpa de lo que te ha ocurrido, ni siquiera tú, pero si tienes la culpa de estar en ese estado en que crees que el mundo está en tu contra y estas a la defensiva en cuanto a todo y todos.

¡Deja de auto compadecerte y victimizarte! Haz algo por ti misma, ¡sé que puedes! Eres una persona fuerte y esto sólo ha sido un tropiezo, una experiencia y nada más. Tal vez suene fácil y tal vez al principio no lo sea pero en algún momento cuando digieras la situación y mires todo lo sucedido desde otra perspectiva verás que en verdad lo era. Recuerda que lo que no te mata te fortalece y créeme que esto no te matará. Tienes muchas razones más por las cuales vivir y ser feliz, la primera simple: ¡te lo mereces!

Empaca lo bueno que te ha dejado esta relación y márchate. Decídete a dejar atrás todo lo malo. Tíralo al caño y jala de la palanca. Dile –adiós- y ¡renuévate! Cada día es una nueva oportunidad, vida sólo hay una ¿por qué la has de desperdiciar?

Tomate el tiempo necesario para sanar tus heridas, recuerda que todo proceso requiere de paciencia, haz lo posible por tenerla. Realiza todas aquellas actividades que sean de tu agrado. Sal de nuevo con las amistades que has descuidado e intégrate de nueva cuenta a tu familia. ¡Vuelve a disfrutar del aire que entra por tus pulmones! Ríe, baila, canta, pero sobre todo ¡VIVE! Dedícate a ser feliz contigo y por ti.

Cada mañana párate frente al espejo y repítete lo siguiente: ¨merezco ser feliz nuevamente. Merezco renacer de las cenizas y transformarme en alguien distinto. Merezco volverme a enamorar cuando me sienta preparada. Merezco volver a amar y sentir mariposas revolotear en mi vientre. Volver a tener mil sensaciones, mil ilusiones y un corazón que me otorgue todo lo que siempre he deseado. Un  corazón que también me permita amarle y escribir una nueva historia, una que tal vez ésta vez no tenga final¨.

 

 

¡Merezco que me amen, me valoren y me respeten! Igual o más de lo que yo misma lo hago.

Te ayudará considerablemente hacer este compromiso contigo mismo y además mejorarán tus ánimos. No aceptes menos. No te esclavices con amores del ayer. No te conformes con relaciones a medias. Disfruta de las diferentes etapas que te otorga la vida. Recuerda que son para hacerte crecer. ¡No estás sol@! grábate eso. Y en dado caso más vale sol@ que mal acompañad@. No busques y no esperes. Lo que ha de ser para ti llegará en un tiempo perfecto. ¡ANDA! Vístete y sal de la cama. ¡Sonríe! Que nunca tenemos la certeza de que habrá un mañana, por eso disfruta el hoy siempre.

Autor: Stepha Salcas