Apenas ahora me doy cuenta que no eras para mí.

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Se ha detenido en el momento justo, ahora sí se ha detenido, cuando yo quisiera que así fuera no sucede pero ajusto ahora que más allá de querer; es necesario, entonces sí ahí esta, inerte y erecto como carne y sangre. Sé que no debo estar aquí, que las lindas palabras que de tu boca salieron no fueron más que la habilidad que tienes para hipnotizar, la habilidad que tienes para hacer creer que todo lo que dices es la verdad absoluta sobre tu voluntad y tus hechos, sin embargo, es sencillo ver que después de un tiempo todo lo que un día prometiste no son más que ilusiones a largo plazo. Creo que te has equivocado, no deberías intentar convencer mujeres, deberías de explotar tus habilidades para la política.

No me pidas que te mire a lo ojos pues esta vez ni su belleza me perderá en las cosas que dices, hablas pura basura y hasta hoy voy comprendiendo que no llego ni a trofeo, es sólo tu necesidad de tener a alguien a tu lado, es sólo la necesidad de tener a alguien a quien engatusar, pero basta ya. No puedo hacer más que reclamar un poco y dejarte atrás, no me importa malgastar un poco de este tiempo en reclamos porque la verdad te los mereces, además sea el tiempo que sea, haya sido poco o mucho; eso no quita que lo he desperdiciado contigo.

 

Estoy a tiempo de marcharme y dejarte por las buenas, sabiendo que no soy la única a la que amas, que no lo seré, que eres hombre de palabras y que quizás mañana seas tú quien se vaya. ¿Para qué tanta inseguridad? Mejor ahora que es tiempo aún, mejor ahora que él mismo me da la pauta y la pausa para irme antes que nada.