Ser infiel no te hace un ¨cabrón¨, te hace un PATÁN

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Sinceramente yo no logro entender el pensar de los hombres. Su poca capacidad para comprometerse, su falta de sinceridad, de lealtad y fidelidad, el poco valor que le asignan a sus promesas, la astucia que tienen para enamorar y al lograrlo abandonar y sobre todo el cinismo de jurar amor cuando ni siquiera  conocen dicho sentimiento.

Es tan lamentable el que cada vez sean más los que se suman a la lista de patanes. Cada vez son más los hombres que proclaman que la libertad es lo mejor que les puede pasar. Claro que la libertad es algo maravilloso, siempre y cuando no pases de ella al libertinaje, son dos cosas totalmente distintas y por conveniencia los hombres terminan confundiéndolas.

Si, proclaman que la libertad es lo mejor, pero a lo que se refieren es que lo mejor es estar con una y con otra sin tener compromisos. Y claro, cuando se han de cansar porque todo por servir se acaba, vuelven (como vulgarmente se dice) ¨con el rabo entre las patas¨ queriendo recuperar a quien siempre los quiso.

¨El que con muchas juega con ninguna se queda¨

Imagínense que pasaría si dejáramos de seguirles el juego, si no perdonáramos más sus infidelidades, si dejáramos de creer en sus mentiras y no diéramos más segundas oportunidades, ¿lo han pensado? Los hombres irían cambiando poco a poco porque claro que llegaría el momento en que tendrían que decidir o solo o me aplaco, y tengan la certeza de que elegirían la segunda porque finalmente no hay hombre que sepa estar solo.

Sin embargo, muchas tenemos la culpa de que continúen con el sello de ¨infiel¨, porque optamos siempre por culpar a la mujer con la que nos han engañado, ¡no mujeres! Estamos en un error, esa mujer no ha sido la que te ha enamorado, ella no ha aceptado ¨asumir¨ un compromiso contigo, ella no te ha hecho promesas ni te ha jurado amor eterno. Ha sido él, quien no tiene los tamaños para pararse frente a ti, mirarte a los ojos y decirte que todo ha terminado. No los tiene bien fajados para terminar antes de lastimar y ¿sabes por qué? por egoísmo, por falta de valores, porque finalmente ni te está respetando ni se está respetando a sí mismo.

No culpes a la otra parte y decidas llamarla ¨zorra¨, sé que hay muchas mujeres a las que no les importa meterse entre dos personas, inclusive muchas ni siquiera respetan que haya familia de por medio, pero insisto, el hombre es quien tiene la culpa porque no te da tu lugar, porque inclusive si una mujer se le pone frente a él desnuda, si él te ama, te valora y es un hombre de verdad la va a rechazar, tenlo por seguro. Si no solo termina siendo uno más que se suma a la lista. La vida no termina ahí, al contrario, te ha dado la oportunidad de darte cuenta de que mereces a alguien mucho mejor. No te preocupes más por él, recuerda algo: ¨la vida es como un restaurante, nadie se va sin pagar¨, y al final todos obtenemos una lección que nos ayuda a aprender de nuestros errores.

¨El hombre infiel nunca cambia, solo toma vacaciones¨

Ninguna persona en el mundo tiene el poder de juzgar a otra. Hay mujeres que deciden perdonar una infidelidad y vuelven a ser felices y al final de cuentas es la decisión de cada quien y se respeta. Pero cabe mencionar que el hombre solo se ¨aplaca¨ pero lo hace por un tiempo indefinido, hasta que vuelva a obtener tu confianza y ya no te sienta tan al acecho con todo lo que hace o dice la volverá a hacer, total, ya lo has perdonado una vez, nada le costará derramar unas lagrimitas de cocodrilo, hablarte bonito y convencerte de que lo vuelvas a hacer y esto se convertirá en cuento de nunca acabar. ¿Si no aprovechó la primera oportunidad, que te hace pensar que con la segunda que le des si lo hará?

No creo que un hombre valga tanto como para tener dos mujeres, ni que una mujer valga tan poco como para ser la segunda opción

Con tantos peces en el río y con aquella frase que la mayoría no nos cansamos de repetir (¨todos los hombres son iguales¨) pero aun así insistimos en estar con el mismo pudiéndolo cambiar por otro, total, son ¨iguales¨, porque nos aferramos a uno solo inclusive después de lastimarnos, porque no aceptamos que lo mejor es soltar y volver a empezar, porque no agradecemos el favor que nos han hecho y nos valoramos un poco más, ¿por qué? ¿Acaso suena más atractivo el competir las unas con las otras haber quien logra quedarse con el trofeo (vaya trofeo)? Entonces, ¿Dónde dejamos la dignidad y el amor propio? Valemos mucho más que eso y no se vale conformarse con un hombre que se reparte.

Lo más cómico y a la vez da mucha rabia, es escuchar a los hombres contar sus bajos actos (infidelidades), como si fueran acciones dignas de celebrar. Digo cómico porque ignoran que todo momento de ¨gloria¨ tiene su final. Además, creo fielmente en el karma, y aun siendo el hombre más infiel, creo que siempre le llega una mujer que lo enamora, lo ilusiona y lo abandona y es así, la ley de la vida.

HOMBRE: permíteme hacerte saber que ser infiel no hará que te crezcan las pelotas, mucho menos te harás millonario, saltar de cama en cama solo te hará terminar en una profunda soledad y adivina qué, ¡todo se regresa! Por eso mejor haz el bien, nada te cuesta terminar una relación sino eres capaz de asumir compromisos. No ilusiones, no enamores, ni prometas lo que no has de cumplir. Ser infiel no te hace un ¨cabrón¨, te hace un PATÁN. Imagina que tienes una hija y que sale con alguien como tú, ¿sonreíste? entonces ¡cambia!

Autor: Stepha Salcas