Aunque lo intente, no se puede hacer imposibles

0
2830

Pon tus manos en mis manos, siente el latir de mi corazón a través de la piel, date cuenta; mis sentimientos son de verdad, las cosas que hago por ti son más importantes en la vida que salir adelante por mi propia cuenta, estamos hechos como un equipo y no quiero que tú dejes de pensar en eso. Podré haber sido una tonta muchas veces, podré no darme cuenta de las cosas que suceden algunas veces, pero ten en cuenta que siempre hago lo que esta ami alcance y más si es especialmente para ti.

Mirando las películas que nunca terminamos de ver entre besos y abrazos puedo comprender qué sucede contigo, entiendo que no estas feliz, que no es lo que buscabas y lo comprendo porque puedo ver que hicimos de nuestro amor un cuento de hadas, una historia perfecta que sólo imaginábamos pero que nunca nos dimos el tiempo para buscar las capacidades y poder hacer lo que en verdad queríamos, lo que en verdad buscábamos. 

No es que yo tenga la culpa, no es que tu tengas algo que ver en todo esto pero es que ambos nos pusimos una soga al cuello, ambos dejamos que todo saliera de control y los dos lo único que supimos hacer fue apuntarnos con el mismo dedo y al mismo tiempo. Una vida perfecta que bien sabíamos no era real, una vida perfecta que bien sabíamos no iba a durar, por mi parte tengo que decir que di cuanto pude, que imagine hasta dormida en como lograrlo pero sinceramente no busque lo que en verdad necesitaba…

Unas raíces que me plantaran en la tierra, unos lazos que no me permitieran volar entre fantasías, un par de brazos que me sostuvieran mientras floto pensando que todo puede salir bien si piensas positivamente. Es momento de decir que tuve que hacerlo así, tuve que volar para no parecer una ridícula que no sabe vivir, te arrastre conmigo y fácilmente déjate que fuera así, tuve que volar para poderte amar. Hoy por fin la potencia que me mantenida a flote se acabo y tengo que moverme, no puedo quedarme estática esperando a que pase algo, me voy y busco lo que siempre me perteneció; la realidad que no perdona a nadie.