Contigo puedo hacer mil cosas, contigo puedo hacer más que lo que piensas, puedo transformar el mundo y dejar que lleguen mil atmósferas, el piso se llena de pétalos y el lecho de flores porque así es cuando te amo en silencio, cunado te amo con las manos, cuando el amor se me sale por la piel y cuando te dejo verlo. Soy mil mujeres, hay mil deseos puedo convertirme en lo que desees pero no me pidas inmovilidad, pero no me pidas tranquilidad porque no puede haber eso cuando el caos a comenzado. Las personas caminan afuera, se cuelan algunos rayos de sol, la atmósfera de esta habitación es tan pesada que no me puedo levantar.
La red de este amor se hace de carne y hueso. No hay trampas, no hay juegos sucios, lo único que nos ata es la piel que nos une, la carne que se hace parte de ambos, el pelo que se enreda y no nos permite escapar; el cuerpo que se hace uno. No hay manera de diferenciar, nadie puede reclamar porque no hay opciones, porque no hay individuos; somos uno y aunque no lo puedan aceptar es algo que no se puede cambiar.
El sol nos queda cerca, el universo se toca como techo, las estrellas decoran este lugar como brillantina que cae y es que contigo no se puede pedir más, contigo no se necesita más. El sentimentalismo no es parte de esto, no hace falta aunque sepamos que es necesario. El amor habla por los poros y el odio de repente se marca en un rojizo que arde pero no impide que sigamos demostrando lo que sentimos el uno por el otro.
No se necesita hablar, los ojos traducen nuestro pensamientos, el sudor limpia todo lo malo y como un desecho más simplemente desaparece de los ojos curiosos. No me arrepiento de nuestra manera de hablar, de nuestra forma de decirnos; te amo. No arrepiento en nada y realmente me siento como debe de ser; llena de amor, llena de calor, de felicidad y de ti.