Ninguna ruptura es bonita y el haber terminado contigo creo fue la peor, en ese adiós estaban encerrados miles de sentimientos, miles de besos, millones de “te amos” esos que dices pensando que si serán para siempre.
Sería absurdo decir que ya te olvidé, no es así y no solo porque no quiera, no te olvido porque me conviene, me conviene recordar que te amé, me conviene recordar que intenté, que hice lo que nunca para tratar complacerte y que te quedaras, me conviene recordar que trate de cambiar para convencerte, me conviene recordarte que te dije no, para regalarme un sí, me conviene recordarte para recordarme que me amo más a mí que a ti.
Estoy aprendiendo a que mis “para siempre” duran menos que un estornudo, que aunque dé el 100 % siempre se necesita el porcentaje de la pareja para que la relación funcione, estoy aprendiendo a dejar mis issues de perfección. La vida no es ni será como yo quiera.
De la manera difícil aprendí que por más que adore a alguien no es ley que debamos seguir viéndonos al terminar, es decir, mientras más intensa y romántica sea una relación, menos son las posibilidades de que quedar “bien” de ser amigos.
El decirte adiós me enseñó que no es suficiente con dejar de verte, me enseñó que tengo que soltar lugares, frases, canciones, que debo soltar los planes que juntos construimos, que debo borrar hasta el historial de los chats en las redes sociales.
Lo más difícil es entender que no estarás más en sus momentos difíciles, que no podrás darle una palabra de aliento o un abrazo para reconfortarlo, ahora solo te conformas con desearle lo mejor desde el anonimato de tu habitación, eso es mejor que volver a abrir la herida con una llamada, quizá piense que ya no te interesa, y está bien, pues ahora estas reconstruyendo tu vida antes que arreglar la de él.
Entendí que decir “NO”, no me hizo insensible, sino que por fin entendí que hay y habrá muchos “NO´s” en mi vida que me harán ponerme por encima de las necesidades de los demás. Estoy aprendiendo a amarme más.
El decirte adiós, me dejo continuos aprendizajes, incluso sigo recibiendo fuertes lecciones que me dejó tu partida, quizá la más importantes es entender que un adiós cierra una ventana que abrirá las puertas a un nuevo “HOLA”.
Idea original: Diana R.M