El estereotipo de belleza, les impide a los hombres conocer a quien podría ser el amor de su vida

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No es que me defina en algún campo de los que los “estándares de belleza” ponen como normales, no quiero ser parte de la estadística banal de la moda, sin embargo cuando me dijeron: “No tienes un super cuerpo pero eres bonita”, me sacudió por dentro como un torbellino de sentimientos, no sabía si sentirme mal por mí o sentirme mal por él. Lo cierto es que, obviamente no nos volvimos a ver.

Eso de tener citas nunca se me dio, en una ocasión, un amigo de mi mejor amiga que terminó convirtiéndose también en mi amigo, me invitó a salir, no vi punto de quiebre ni arriesgue para mi así que acepté, todo iba muy bien, cenamos, fuimos a un café, pedimos postre, después caminamos por el malecón, me llevó a casa, sí, pareciera una cita de ensueño ¿verdad? Pues casi lo fue, lo único malo es que no logré tener su atención en toda la noche, estuvo disperso, nunca me miró, creo lo hice perder su tiempo, en fin no funcionó, esa cita dio pie a no volvernos a ver y así fue.

Ha pasado ya un año, o más y no he salido con nadie más, cada una de las citas fallidas, lograron realzar mi índice de inseguridad personal, sacaron a flote mis traumas, mis complejos, me hicieron sentir que soy incapaz de tener una conversación amena e interesante, creo que rompieron mi autoestima, o ¿será que la rompí yo solita por permitir que me afectaran sus comentarios, o por crear historias tanto positivas como negativas en donde no hubo nada?

En fin, creo que los hombres tienen muy alto su estándar de belleza, esa belleza apta para tener una relación física y no sentimental, y saben, yo no quiero ser ese pedazo de carne que alguien presume con sus amigos.

Por un tiempo, la culpa de no tener esa historia romántica, me la echaba toda a mí, pues pasé de lado las relaciones sentimentales para ocuparme de mis estudios, de mi casa, de mi carrera, todos las citas fallidas me llevaron a creer que jamás me pasaría una historia de amor. Me llevó a pensar en que los hombres tenían una visión alta de la belleza femenina, que esa circunstancia los hacía cerrarse a estereotipos que no les permiten conocer el interior de la persona. Y así, seguí en lo mío.

Tiempo después en una junta de trabajo, en un error de comunicación tuve que esperar más de una hora en una sala con un compañero de aula, y así surgió la plática, comenzaron a salir afinidades, me invitó a tomar un café mientras esperábamos, todo estaba resultando bien, su compañía fue grata. Tuve que retirarme por un llamado del trabajo, compartimos números de teléfonos pero en realidad no sé si lo vaya a volver a ver, y saben, no me interesa, pasamos un buen rato y me hizo darme cuenta que cuando estoy tranquila conmigo, segura de lo que hago y de lo que soy, ese momento en que no quiero impresionar a nadie, las cosas salen mejor.

No hubo detalles románticos ni nada que me haga pensar que es el amor de mi vida o yo de la suya, solo pasamos un bonito ahora y eso me hizo decidir pasar así toda mi vida, dejar de preocuparme del que dirán, ser yo y no permitir que nadie invada mi interior para debilitarlo.

Soy la responsable de mis sentimientos, si no les gusto pues ellos se lo pierden, y está bien, no quiero estar con alguien que solo me mira por fuera y no sabe descubrir mi interior.

Idea Original: María Jesús Gómez