Muchas veces en la vida de pareja, llegan pensamientos raros como, ¿estaré haciendo lo correcto siguiendo con él/ella? ¿Será que esto es pasajero y las peleas o los malos ratos van a cesar? A veces los cuestionamientos son más directos y duros, te llegas a preguntar si eres feliz a su lado, o peor aún que si podrías seguir viviendo sin él.
Algunas veces esas preguntas son rutinarias, pues nos da miedo el perder la estabilidad emocional que tenemos, pero hay una delgada línea entre el miedo a perder y la incapacidad de ser, es decir, el amor se vuelve adicción sin que te des cuenta.
Debes aprender a detectar esos focos rojos en la relación que no son de amor, que son dolorosos y dañinos, una cosa es amarlo y otra cosa muy diferente es acoplarte al sufrimiento, tanto que lo haces parte de tu vida, crees que el sufrimiento siempre viene acompañado del amor y créeme, no es así.
Es cierto que no todo es miel sobre hojuelas en la relación, que hay ciertas fases en donde ambos deben ceder en ciertas cosas para conocerse, para saber que le gusta y que no al otro, pero eso es momentáneo, es decir, no es natural y mucho menos normal, vivir bajo el yugo de la relación, vivir con el drama a flor de piel, a tal grado de que piensas que lo necesitas, que el drama secunda la felicidad.
Si te has hecho varias veces las preguntas que mencioné arriba, debes poner atención y averiguar si estas en medio de una relación tóxica, es necesario que te des cuenta pues de lo contrario tu estabilidad emocional quedará destruida, no te das cuenta y aceptas miles de cosas con las que jamás podrías vivir, lo hacer por estar con él y sabes, eso no es amor, se llama dependencia.
El primer paso es detectarlo, cuando lo hagas, no trates de dar el paso lejos tu sola, rodéate de amigos o incluso de ayuda profesional, créeme tu autoestima está dañada aunque no te des cuenta.
Estar enamorado es de lo más bonito que puedes sentir en la vida, pero si el sentimiento es erróneo, también puede hacerte sufrir como nada.
Una relación sana, fluye y se basa en el respeto desde el espacio tanto físico como personal y emocional. Dense el tiempo correcto para conocerse, no permitan que una bella relación se convierta en adicción y si ya les pasó, aprendan a salir por la puerta grande, con la frente en alto, enteros y sin rencor.
Idea Original: Adury Carruyo