Ya ves que no es lo mismo hablar por hablar a esperar un segundo y escuchar. Ahora entiendes que no puedes ser quien dirija en momento y mira que no hay nada de malo en dejarte someter, no tengas miedo aquí estoy yo contigo… Tu valentía no se va por hacerme caso un segundo, tú hombría no desaparece por dejarme poner el dedo en tu boca, tu piel no se mantiene por mirarme fijamente. Olvídate del sueño y elevate, olvídate del cansancio y déjame llevarte; conmigo, al vació, al cielo, al espacio, al suelo… a donde quieras. Hoy puedes aprender de mí, hoy puedes ser parte de mí pero las condiciones ya están escritas, no puedes venir aquí a tratar de enseñarme porque sé muy bien lo que hago ya lo verás.
Antes de venir puedo explicarte que no es lo mismo llegar y ser tú a llegar y dejarte ser. Puedes aprender lo que enseño, déjame hundirte y antes de todo hacerte una promesa de cuidado pues el código ya esta hecho. Hoy no ruegues por los que no vinieron, hoy no lamentes a los que ya se perdieron, hoy quédate conmigo y comienza a respirar… El pecho se expande, la piel se estira, los labios se parten, la nariz sangra y el cerebro quiere explotar.
Mis manos no dejan de temblar y es que nunca es lo mismo, nunca se esta preparado aún cuando ya se tiene en mente, aun cuando ya se tiene un acuerdo, aún cuando simplemente yo quiero. No me puedo preparar y las instrucciones no me sirven porque tú no eres el mismo, nunca eres el mismo y la lista de deseos sólo crece y crece como una tempestad. No dejes de respirar, no dejes de pensar, no lo dejes terminar que el día se quede allá en china y que la noche se quede para nosotros eternamente.
Antes de hablar permiteme callarte desde ya, porque las palabras son distracciones, porque las palabras sólo sirven para perdernos en cosas cotidianas, deja que el silencio nos invada, que el cuerpo sea el que hable, que las manos se cansen y la piel se eriza. Deja que el tiempo sea eterno, no temas al final de todo te quedas conmigo.