No te deseo mal… simplemente no dejo de pensar en ti

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Closeup side view portrait of young sad thoughtful woman leaning against street lamp at night on bokeh copy space background, Upset young woman with mobile phone reads the message.

Cada vez que escucho informes de ti, parecen ser todos positivos, y me pregunto, ¿Por qué a las personas malas le suceden cosas buenas? Me pregunto por qué los patanes viven buenas vidas y los chicos de bien parecen tener las de perder… Qué irónico.

En ciertos momentos de mi vida, me he hecho la misma pregunta, explorando todas sus facetas: ¿Cómo alguien que te hace tanto daño le va tan bien? ¿Habrá cambiado en algo durante este tiempo? ¿Se lo merece?

Quisiera preguntarle a alguien si mis pensamientos o expectativas son retorcidas. Quisiera saber si es envidia, celos, o si es algo que no debería sentir tan profundamente atado a mis entrañas. Pero es una de las cosas que, dentro de mi, en lo más hondo, no le encuentro el sentido de justicia por ningún lado. Sólo me queda guardar silencio.

Es quizá mi lado herido hablando, o más que eso, ¿conservo algún sentimiento por ti? ¿Aún te amo? ¿Aún te quiero? No, definitivamente no es esa la respuesta. Pero, ¿entonces por qué trae tanto peso a mi existencia? ¿Por qué perturba la calma en mi ser?

Quizá lo que ocurre es que todo es muy reciente, quizá no he dejado suficiente tiempo pasar. Quizá en cierto momento, en cierta hora, nada de esto importará más. Espero el momento en el que apenas recordaré tu nombre, en el que tus logros, aciertos o desaciertos ya no se vean reflejados en mi… Porque hoy en día, a pesar de la distancia, siguen irremediablemente atados, para mi angustia.

De lo que estoy segura hasta que llegue ese momento es que jamás te deseare el mal, ese mal que tú solo te buscas con tus acciones erráticas.

Aunque en ocasiones algunos sentimientos corrosivos nublen mi visión, sé que el futuro me depara una vida mejor, un amor mejor, un sentido de pertenencia, un motivo y un impulso. Sé que, aunque existan preguntas cuya respuesta nunca entenderé, cada pieza del rompecabezas caerá en su lugar a su tiempo. Mientras tanto, te sigo escribiendo cartas que nunca enviaré, permitiéndome decirte todas las cosas que perturban y nublan mi alma.

Qué irónico saber que, después de que te has ido, me escuchas más que cuando estabas junto a mi.