Muchas veces no te das cuenta lo que verdaderamente mereces, y por eso no logras apreciar el verdadero amor. Por eso, ¿sabes tú lo que mereces?
Mereces mirarte al espejo todas las mañanas, sabiendo que aunque no eres perfecta, tampoco estás intentando serlo. Mereces echar un ojo a los comerciales de televisión y las portadas de las revistas, segura de ti misma porque sabes que eres hermosa y, mejor que eso, eres real. Mereces amar y que te amen por lo que eres, no por lo que se supone que debas ser.
Mereces salir a buscar el amor, el amor real, el amor verdadero. Aceptarlo como es, y que te acepte tal como tú eres. Sentirte sobrecogida, y por un momento no creerte tu propia suerte al darte cuenta de que alguien te ama… de veras te ama.
Mereces cada uno de los cumplidos que recibes, sin necesidad de cuestionar dobles intenciones ni pensando que se trate de una broma. Tú eres fantástica y todo el mundo se da cuenta de ello. Cuando tú también te des cuenta, esa persona perfecta aparecerá en tu vida y te amará tal cual como tú te amas.
Mereces atravesar las mejores partes de tu día, viviendo cada minuto con emoción, respirando y sintiendo cómo tus pulmones se llenan de vida, dándole importancia a cada minuto de tu vida, a cada una de las vivencias y a cada uno de los momentos. No des nada por sentado, porque te mereces reconocer la belleza y gracia que te rodea, y que está dispuesta a hacerte feliz si tan solo te das cuenta.
Mereces la flor de la acera que arrancan para ti, la sonrisa que un extraño te dedica a la distancia, la risa de un bebé que te mira en una sala de espera, el gesto de un hombre mayor que te abre la puerta para que pases adelante. Son momentos cortos de felicidad que convierten tu día en una experiencia única si tan solo te das cuenta.
Y, en medio de todo lo que te mereces, cuando lo aceptas y lo recibes, te das cuenta de que encontrar el amor no es tan difícil. Porque siempre has merecido que te amen profundamente, y lo único que necesitabas era prestarle atención a los detalles.