En muchas ocasiones tratamos de llenar ese vacío con lo que creemos que nos traerá amor o nos traerá la felicidad. Cosas fuera de nosotros mismos, como por ejemplo salir a comprarnos ropa nueva, salir de viaje, salir con amigos, salir a beber alcohol o comer nuestra comida favorita.
No es que este mal hacer estas cosas, el problema está en la intención con la cual las hagamos, estos estados de felicidad temporal no podrán llenar el vacío que deja el amor. Pues nunca estaremos del todo contentos o alegres de manera natural. Al contrario estaríamos persiguiendo el amor de una manera errada. Para aprender lo que es el amor y aprender a amar a otros, primero tenemos que amarnos a nosotros mismos. Pues tenemos que aprender a valorarnos, tenemos que aprender a reconocer que merecemos cosas buenas a lo largo de nuestras vidas y que somos dignos y merecedores de amar y ser amados.
Tenemos que aprender a tener amor propio, aceptarnos tal y como somos, respetar y valorar nuestro cuerpo y alma, hay que saber reconocer nuestras virtudes, defectos, fortalezas y debilidades. Hay que cambiar la percepción que tenemos de nosotros mismos para así lograr alcanzar un equilibrio entre el estado anímico y nuestra autoestima. Tenerte amor propio es conocerse profundamente, saber escucharse y confiar en uno mismo. Es saber darse un momento a solas para mimarse, quererte, valorarse, recargar energías y ser una mejor persona día tras día.
Cuando tenemos amor propio se nota, ya que somos independientes, respetuosos, amigables, cariñosos, amorosos y nos preocupamos constantemente por nuestro crecimiento personal. Y gracias a todos estos cambios favorables mejora en un 100% nuestro estado de salud y nuestra formación. Así, podemos dar lo mejor de nosotros mismos en todas las metas que nos propongamos y en todas las actividades que desarrollemos en nuestras vidas.
El amarse a sí mismo nos dará la capacidad de amar a otros sin reservas. No pensemos que nos alejará de las demás personas, al contrario, esto nos ayudará y nos dará el poder de amar libremente y encontrar a una persona con la que podamos compartir nuestra felicidad. Enamorémonos de nosotros mismos y elijámonos todas las veces que sean necesarias.
Yessica Sarcos
