Huye mientras puedas, porque no valgo tu amor

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Por favor, préstame atención. Antes de que digas cualquier cosa. Antes de que salgan de tu boca esas dos pequeñas palabras, déjame advertirte. Amarme no va a ser fácil. Déjame explicarte cómo será esto. Algunos días, sentirás que tienes todo el universo en la palma de tu mano, todo el infinito. En esos días, tu vida será un pantone de colores. ¡Tonos jamás hubieras soñado! Querrás montarte en las copas de los árboles y gritar tu felicidad al mundo, hacer que se filtre a través del aire de la noche, respirando vida nuevamente.

Pero, habrá otros días, otros días en que te sentirás como el cielo azul, siempre allí, pero pasado por alto, dado por sentado. Y tu corazón sangrará en tonos de azul melancólico. Esos son los dos tipos de días que tienes garantizados. Espera, no he terminado. Porque habrá un tercer tipo de día, uno tan raro como la luna azul. Una que nunca verás venir.

Y, en estos días, sentirás las nubes oscuras de la desesperación colgando sobre tu cabeza, solo esperando para dar a luz a una tormenta eléctrica en su caja torácica. Te sentirás como un hombre parado en medio de un camino vacío y solitario, negándote a moverte sin importar cuántas veces los rayos lo golpeen. Una y otra vez. Y tú serás el único, mirando tu teléfono, esperando que alguien refresque tu alma. Así serán esos días.

Mis ojos, vacíos y desprovistos de cualquier tipo de emoción para ti, rondarán esos días. Te sentirás como mosca atrapado dentro de una planta carnívora. Serás el niño pequeño que juega cambiando los canales constantemente porque no tiene nada mejor que hacer, estarás entre la luz y la oscuridad, entre querer irte, pero no saber cómo. Y te odiarás por ello.

Porque me convertiré en poesía rota. Y, cuando estés acostado en la cama con mis versos bailando detrás de tus párpados, los extremos fragmentados de mi poesía sin terminar te apuñalarán de mil maneras diferentes y te harán sentir dolor en lugares que creías que era imposible sentir. Será una pesadilla el comparar tu vida con una caja, con un pequeño orificio en la parte superior, un medio de escape, pero demasiado pequeño para atravesarlo.

Entonces, con tu orgullo masculino lastimado, tomarás el camino fácil. Te quedarás. Te quedarás, aunque la puerta esté, y siempre haya estado, completamente abierta. Te quedarás, porque sabes que incluso si te vas, los rastros de mí siempre persistirán en ti.

Y en los días buenos, cuando se despierte alegre y resuelta a mejorar todo, querrás colgar frases bonitas por todas las paredes de nuestra sala de estar, creyendo que, eventualmente, las cosas mejorarán, por supuesto. Por eso, antes de que digas esas dos pequeñas palabras, déjame advertirte. Amarme no será fácil. Así que, corre. Corre mientras aún tengas la oportunidad.

Porque tu corazón nunca estará completo y mi corazón nunca será tuyo.

Anónima.