A veces es necesario que alguien nos recuerde que la vida no es siempre tan mala.

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No quiero ser poco optimista, ni una persona negativa, pero es que es verdaderamente difícil permanecer alegre y feliz, es muy complicado siempre pensar de forma positiva, es algo que solamente puedes lograr con una fe enorme en Dios o esforzándote todos los días conscientemente por mantenerte positiva, y ambas cosas son ridículamente difíciles de obtener, porque no dejamos de escuchar en todos lados que no hay que poner la confianza en nadie si no en nosotros mismos, y cuando decimos nade eso obviamente incluye a Dios, aunque no lo digamos directamente, aunque ni siquiera nos detengamos a pensarlo un momento, la verdad es que mientras más confiamos en nosotros mismos más desconfiamos de Dios, y no digo que confiar en uno mismo sea malo en absoluto, pero si creo que no deberíamos de ser el centro de nuestro universo.

Por otro lado creo que todos hemos tenido experiencias previas tratando de ser positivos todo el tiempo, cargándonos de imágenes positivas y de frases y proverbios lindos, y aunque es verdad que entras en un estado de bienestar cuando te rodeas solo de pensamientos positivos lo cierto es que es muy complicado mantenerte en un estado de positividad todo el tiempo, y requiere de un esfuerzo consciente, constante e ininterrumpido para mantenerte así, y eso es algo que muy pocas personas pueden lograr, porque son pocos los que trabajan consigo mismos, son pocos los que escuchan a sus emociones, y aun menos los que tratan de mantener una conexión entre lo que sienten y lo que es la verdad, son pocos los que intentan domar a ese enorme elefante que representa nuestro lado emocional con la increíblemente pequeña masa que representa nuestra parte lógica y pensante.

Sin embargo no podemos decir que la vida no nos da razones suficientes para sonreír, no podemos resumir en que la vida es un cumulo interminable de problemas y sufrimientos, no podemos concluir que hemos venido a ser torturados hasta perder la razón o el conocimiento, si somos objetivos y precisos al recordar las cosas que hemos experimentado durante nuestras vidas nos daremos cuenta de que hay muchos momentos que definitivamente fueron muy buenos y muchísimos más que fueron equilibrados, en los que no estabas ni bien ni mal, y que los malos momentos serán siempre los mas escasos en la mayoría de las personas, y sin embargo siempre son los más difíciles de olvidar, siempre son los que cuestan más trabajo, siempre son los que tenemos en nuestra mente, pareciera que disfrutamos al pensar en ellos, pareciera que nos gusta lacerarnos con ellos, porque les rememoramos hasta el cansancio, y los convertimos en nuestra mente en momentos incluso peores de lo que fueron en realidad.

Todos tendremos siempre una razón para sonreír, para esforzarnos, para ser felices, todos tenemos algo en nuestras vidas que le da sentido a nuestra existencia, pero pocos sabemos reconocer de donde nos llega ese calor a nuestros corazones, pocos tenemos las ganas de afrontar nuestros demonios, y de admitir que nuestra vida en realidad no ha sido tan mala, porque de alguna u otra manera siempre será más fácil quejarse que reírse, huir que quedarse a pelear, odiar que amar, siempre lo negativo es más sencillo, pero a la larga cuesta más, “lo barato sale caro siempre al final”, y en este caso sucede lo mismo, porque por no esforzarnos en mantenernos centrados en la realidad podemos caer en una depresión que se lleve todo lo que tenemos incluyendo a esas personas que a pesar de todo no nos han dejado de amar.

Autor: Sunky