Te veo con ella. Es doloroso. Pero no sé si es casualidad o el destino. Estás frente a mí. Déjame decirte cosas que no te había contado, que mereces saber. Ya me dolías. Y hoy también. Antes de decirme que ye no me querías, que te irías con ella, ya lo sabía. Sabía que me habías dejado de querer. Que no estaba y para ser tuya. Me había enterado que tu interés estaba entonces en ella, y así lo acepté. Pero duele, duele aún. Porque imaginé que lo nuestro era bonito sincero y por eso, siempre estaríamos unidos, apoyándonos el uno en la otra.
Verte junto a otra no me ayuda a callar. No es fácil para mí reconocer que te quiero todavía. Mis sentimientos están hechos para quererte, para que cada instante, cada intención, te cuide y te renueve. Vives dentro de mí.
No sé si ella sabe que existo ¿Se lo has dicho? Si eres un verdadero hombre, se lo habrás contado. Habrás reconocido que alguien te ha amado y tú la has dejado morir. ¿Sabrás ella que algún día podrías hacérselo a ella también? Si ella tan solo imaginara quien soy, se sorprendería. Estas tan cerca de ella que es difícil hacerse la idea de que la puedes soltar, como me lo hiciste. Piensa en lo que me has dado, en el vacío que se ha creado en mi vida desde que me cambiaste por ella. Y si de verdad la amas, piensa en cómo sentirá lo mismo cuando le hagas a ella lo que me estás haciendo a mí.
Nunca te di las razones para dejarme de querer. Ciertamente, nunca me diste razones para esperar tu separación. Pero eso o lo hace menos doloroso. Estuviste conmigo, aunque ya no seas para mí. Dile, a ella, que no la olvido, no podría hacerlo sabiendo que hace poco era yo quien se quedaba contigo. Y no te puedo ignorar, no la puedo ignorar, cuando están frente a mí en total tranquilidad, disfrutando del mundo mientras yo los contemplo sufriendo en este mundo, en el mío.
Alicia Polanco
